Recuerdo como siempre mi mejor amiga y yo veníamos siempre, nuestro pequeño escape del mundo. Ahora ella estaba en otro lugar y aunque todavía habláramos todos los días no creo que nunca deje de extrañarla porque definitivamente no hay nada como que esté a mi lado y poder hablar a cualquier hora sobre nuestros problemas, el colegio, los chicos que nos gustaban y bueno, en realidad de cualquier cosa.
Y otra vez allí me encontraba de nuevo, pensando en mi mejor amiga, en mis problemas, en todo, era algo inevitable de hacer en ese parque aunque por otro lado también te despejaba la mente como ninguna otra cosa, quizá dependía de lo que necesitaras mas, si pensar o despejar tu mente y definitivamente los colores que traía en otoño eran mas que tranquilizantes, los distintos tonos de amarillos, naranjas, marrones y rojos hacían una paleta simplemente maravillosa, sí, definitivamente estaba enamorada de ese parque, acaso eso era posible? no lo se, pero al menos yo lo estaba.
Así que después de estar alrededor de dos horas que pasaron volando me levanté de el banquito en el que estaba sentada y dándole el último vistazo por el día de hoy empecé a caminar directo a mi casa con todavía la sensación de tranquilidad y felicidad presente en mí.
Hola Mari! Hermoso relato!!! Dios! me encanto jeje y la imagen le queda perfecto al relato! Cada lugar en que nos encontramos siempre nos recuerdan esas memorias que tuvimos con nuestros seres mas preciados :)
ResponderEliminarBesos!!
Jaja me alegra que te gustara c:
EliminarSi y nunca se olvidan
Besos♥
me encantó el relato, como me gustaria vivir un otoño como el de la foto, en mi ciudad no hay arboles asi :( saludos y espero verte pronto por mi blog ☺
ResponderEliminarQue bueno que te haya gustado c:
EliminarY somos dos, a mi también me gustaría estar en un otoño así pero bueno, algún día jeje y seguro, pronto me paso por tu blog, besos♥